miércoles, enero 18

Una triste historia con un posible final feliz

Hola, mi nombre es Fiorilla.
¿Nombre adecuado? Lejos de serlo. ¿Inadecuado? Tal vez, tal vez no. Me gusta.
Nunca entendí porque mis padres decidieron traernos aquí... les vendieron aquella estúpida
idea del sueño americano y la verdad es que todo el tiempo hemos estado muriéndonos
de hambre, lo cuál también hubiera sucedido en nuestro pueblo natal con la única diferencia
de que allá estaríamos en casa. Parece increíble que aún después de 17 años todavía nos sintamos
"extranjeros".
A menudo en las noches de camino al trabajo, trato de olvidar las sucias calles del barrio y recordar
un poco ese pueblito de las montañas de donde vengo y a donde tengo que volver.
Lo que más recuerdo son los amaneceres. Nos levantaba el abuelo muy temprano porque había
que comenzar el trabajo en el campo; orquídeas era lo que sembrábamos nosotros.
Recuerdo que era alrededor de las 5:00 am cuando comenzaba el día; revisar cada
flor, regarla y poder mirar el amanecer mientras tanto, ver el sol despuntar en el cielo de un azul
casi transparente... demasiado bello.
Extraño Brindisi y nuestras "orchards"- como las llaman aquí.- Teníamos a mamá, al abuelo y a
mis dos hermanos. Éramos felices simplemente de mirar la sutil belleza que emanaba de 
esos jardines desde donde nos sonreían esas flores.
No necesitabamos nada más para sentirnos plenos... después de cuidar a las niñas-como el
abuelo las llamaba- bajábamos a la ciudad; mis hermanos y yo, con un puñado de orquídeas cada uno
para ofrecerlas a los turistas que casi en cualquier época del año llegaban a la costa.
Mi hermano Fabrizzio era siempre el que más flores lograba vender, es el típico chico italiano 
podría parecerse a esos sujetos que salen en las películas o en la televisión, ojos ligeramente
hundidos, grandes y expresivos, labios delgados que delinean una sonrisa encantadora; además del 
carisma y vivacidad propios de un muchacho diesiseisañero.
Creo que yo nunca llamé la atención en realidad, yo prefería vender las flores a los jóvenes que 
fueran acompañados de alguna linda señorita. Las muchachas la ver los colores suaves, la juventud
y la belleza que se asomaba de las niñas, se miraban reflejadas en ellas y un brillo especial asomaba
su mirada; teniendo la flor entre sus manos, la sostenían con tanta ternura y delicadeza como ellas
mismas se sentían... todo eso lo imaginaba yo, al estar vendiendo flores en las calles. Era bello.
Y ahora me encuentro aquí caminando por estas, sucias, frías y hostiles calles de Nueva York. 
Ya no sé ni cómo terminé en este negocio. Recuerdo que al llegar aquí con las esperanzas e ilusiones y sólo 14 años; al ir por primera vez a la "Junior High School", me sentía llena de tristeza por abandonar Brindisi,
pero también sabía que sin el abuelo, quedarnos allá parecía un poco ocioso ya que nadie más conocía los
secretos de las "orchards". Teníamos que empezar de nuevo.
Me iba bien en la escuela, con las matemáticas y las ciencias; a pesar de que aún seguíamos demasiado
pobres, el futuro se miraba brillante. Unos meses antes mi madre se había casado con un hombre del
despacho en donde trabajaba como intendente, así que ya todos gozábamos de los privilegios de todo
"american citizen" Mis dos hermanos habían logrado obtener becas para asistir a Princeton y al MIT y yo
esperaba correr con la misma suerte. Pero ahora que lo pienso ahí fue donde todo empeoro.
Era claro que mi madre no lo sabía pero Dave tenía una "empresa secreta"
Yo tenía cierta pasión por el Universo, así que mi meta era estudiar astronomía o astro-física, aunque también había algo que me gustaba un poco más, y eso era actuar. Estaba conciente de que eso iba
a ser mucho más complicado, pero sabía que sin eso tal vez nunca sería feliz.
Una tarde charlando con Dave acerca de mi futuro, le planteé la posibilidad de estudiar actuación,
y muy contrario a lo que pensé, se puso loco de contento y hasta dijo que podría ayudarme "big time".
Nunca olvidaré esa noche. Maldito el día en que se me ocurrió confiar en Dave.
En realidad yo era bastante timida con los chicos, así que hasta entonces nunca había tenido ningún tipo de relación con alguno de ellos.
Tarde en la noche mientras ya mamá dormía y yo terminaba mis deberes entró Dave a mi habitación. Me dijo que en verdad estaba muy orgulloso de que reconociera ser quien era, y que lo que quería ser era una pasión muy bonita, un "gran arte" y que si yo estaba dispuesta en verdad podría el ayudarme al mismo día siguiente.
Entonces empezó la gracia del asunto, se acercó por detrás, empezó a besarme el cuello y muy pronto empezó a tocar mi cuerpo. Yo estaba muy espantada, no sabía que hacer. Todo pasó por mi mente en ese
momento, mi madre, mis hermanos. Si yo hacía o decía algo tendríamos que regresar a dónde comenzamos y muy probablemente regresar a Italia, lo cual en realidad no era tan malo pero quedaríamos sin futuro. Y mis sueños, si era así cómo podría cumplirlos...
Al día siguiente Dave me habló de su "empresa secreta" me dijo que producía "cortometrajes" y de vez en cuando, si había presupuesto, "largometrajes". Me emocioné muchísimo, y le pregunté que si eso era lo
que hacía por qué razón lo mantenía en secreto. Dijo que si yo trabajaría con él, había que darle
un sorpresa a mamá.
Y aquí estoy yo, después de 12 años de comenzar "mi carrera soñada".
Sin un futuro demasiado prometedor, Dave en la cárcel, mi mamá y hermanos en Brindisi.
Estoy yo aquí, "actuando" en películas porno, por el día y recorriendo las calles por la noche.
Todo por un sueño americano.
Sólo veintemil dólares más y lograré volver a Italia, a las flores y, espero también; a pasear entre las muchachas de ojos soñadores... así solamente como una niña vendiendo belleza.
jóvenes

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