miércoles, marzo 7

Estado de Inconciencia

No fluyen las palabras, el camino era tan perfecto, ¿Dónde me encuentro ahora? No ha pasado el tiempo o, ¿Ha pasado?.
Me encuentro tendido, flotando, volando. Odio sentir esta presión.
Retomo mi vida, hoy sólo existe es lo que recuerdo ¿Cuánto tiempo he estado aquí?
Están sus miradas, sus sonrisas, lo que era mi sol antes de sumergirme en este abismo ¿Cuánto tiempo?
Aquel día después del trabajo iba a encontrarme con mi secreto, dulce pasión que no podía amar.
Ese viejo motel donde nos reuniamos cada jueves; sutil adicción.
Ella me pregunto una vez más cuando iba a ser suyo; le contesté suavemente mientras acariciaba su cuello lo que tantas veces le había respondido antes, que había que esperar ¿Esperar a qué?  Nunca respondía a eso.
Pero esa noche fue distinta, ella gritó que no podía esperar más... Lo siguiente no lo puedo olvidar.
Ella; tan fatal, me miró fijamente, me besó rabiosamente por última vez y me golpeo la cabeza; me sentí perdido.
Recobré conciencia no sé cuanto tiempo después. Me encontraba en un cuarto extrañamente iluminado, demasiado iluminado en realidad; tan iluminado que no alcanzaba a abrir bien los ojos.
Sentí algo en mi cabeza y segundos despues un dolor punzante, el más terribe que haya sentido jamás. Pensé en mi esposa, en mi pequeño ¿A dónde me había llevado mi secreto?
Escuche su voz fulminantemente dulce a mi espalda, tan cerca, tan terrible -¿Sabes que hay una nueva técnica para manipular el cerebro a olvidar e implantar un nuevo destino?- Me dijo.
Noté algo deslizarse por mi mejilla, mi cuello, una gota roja caía al piso. Desfallecí.
Terminé en esta cama de hospital, mi familia alrededor diciéndome que tres años habían pasado desde aquella mañana en que me encontraron a un lado de la carretera.
¡Tres años! ¡Tres años sólo imaginándola a ella! Al parecer su técnica había funcionado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario